lunes, 26 de septiembre de 2011

VUELTA A LA ACTIVIDAD

Pues sí, ya estoy de vuelta con nuevos artículos en la mochila y muchas, muchas ganas de darle marcha al blog.
Como much@s ya sabréis, mi viaje de un mes por tierras andaluzas se vio abruptamente cortado apenas diez días después de la salida debido a problemas personales que no vienen al caso explicar por aquí.
Aun así, disfruté ésos días pedaleando desde Almería hasta Villanueva del Arzobispo (Jaén) como pocas veces he disfrutado un viaje cicloturista.
En estos momentos, estoy inmerso en la edición de un vídeo de esta escapada y que espero no tardar mucho en poder subir a la web.

En otro orden de cosas, Claudia, mi querida Trek 4300 está a un paso de retirarse para vivir una vida más tranquila allá en el pueblo.
En unas semanas conoceréis a su (más que probable) sustituta.

¡Hasta la próxima semana!

lunes, 22 de agosto de 2011

Parque SOBRENATURAL de Cabo de Gata-Níjar

¿Va a visitar las paradisíacas playas del Parque Natural Cabo de Gata-Níjar este verano? Pues, si viaja en coche, vaya preparando la cartera para acceder a ellas.
En años recientes, se ha instaurado la moda de que los visitantes sobre ruedas tengan que pasar por caja para disfrutar de algunas de las mejores y más conocidas playas del Parque Natural como son Genoveses, Mónsul, Media Luna y la de los Muertos.

El último destino en sumarse a esta corriente ha sido el camino de acceso a la Cala de San Pedro. Pagando 7 euros puedes llegar a un aparcamiento situado a... un kilómetro y medio de la Cala de San Pedro, trecho que has de hacer caminando. Pero, ¡hey!, al menos dejas el coche aparcado, sin ninguna vigilancia, por supuesto. Además, resulta mucho más barato que los 24 que cuestan la ida y la vuelta en lancha para llegar a este rincón ¿escondido? (Por cierto, ¿está controlada esta actividad?)

Seguramente, os preguntaréis quiénes han tenido tan genial idea: ¿La Junta de Andalucía? ¿Los municipios del Parque?
Pues no: Han sido los dueños de las fincas colindantes, por cuyos terrenos transcurren los caminos de acceso a estos lugares, quienes han montado el negocio. ¡Ah! ¡Eso sí! Para beneficio de la zona, por supuesto.

En los municipios implicados, el debate está abierto y enfrenta a partidarios y detractores de este polémico sistema de peajes. Unos defienden que así se protegen estos espacios de la saturación de visitantes durante el verano y otros que el turismo se resiente por pagar por todo (claro, es que ya se les sabla bastante a los foráneos en hoteles y restaurantes).

La Junta de Andalucía tampoco parece saber qué hacer, así que toma decisiones salomónicas: Acuerdo con Níjar para que sea el propio municipio quien gestione este tema, y expediente a Carboneras porque el dueño del acceso a la Playa de los Muertos desbrozó vegetación en zona protegida (¡¡Y en Doñana mandan a la cárcel por hacer lo mismo en los límites del Parque!!).

En fin, otro fenómeno de difícil explicación dentro de los límites del Parque SOBREnatural de Cabo de Gata-Níjar a añadir a la lista de esta tipología, como algunas construcciones de nueva planta (donde haya restos de un cortijo, siempre se puede levantar un buen chalet), los desbroces para arrojar escombros (total, si sólo es secarral), el descontrol de la pesca en lugares de máxima protección medioambiental (así, anzuelos, redes y flechas de ballestas se convierten en parte del paisaje del fondo marino)...

lunes, 4 de julio de 2011

TORROT TRAVELLER: RESTAURACIÓN DE UNA BICICLETA

Estoy a favor de darles una segunda oportunidad a ésas bicicletas abandonadas en garajes, trasteros y patios. Seguramente, muchas de ellas apenas necesiten una mínima puesta a punto para que puedan ofrecernos kilómetros de diversión saludable y buenas sensaciones. Hace ya un tiempo os comentaba en un post cómo mi hermano se había hecho de una bicicleta de carretera para mí. La pobre había pasado unos quince años encerrada en el almacén de un amigo.

La Torrot Traveller el día que llegó a casa.
Aunque mi primer pensamiento fue convertirla en una máquina rutera capaz de ser equipada con trasportín y alforjas, finalmente cambié de parecer y me incliné por revivir su vena deportiva respetando, eso sí, el máximo de elementos originales que me fueran posibles.

Así fue el renacimiento de esta Torrot Traveller.

Primeramente, se desarmaron todas y cada una de las piezas que componían la bicicleta y, a su vez, éstas fueron desmontadas en sus elementos más básicos. Lo que antes era algo totalmente reconocible (una bicicleta), pasó a convertirse en unos pocos hierros (horquilla, cuadro, manillar) y unas bolsitas de tornillería y piezas variadas.

Comienza el despiece

Aspecto del desviador, manchado y con algo de óxido
El desviador poco tiene que ver con el que montaba originalmente (seguramente un Simplex)

Las "manetas" del cambio

La bici casi totalmente desmontada
El siguiente paso fue revisar cada componente para reparar y/o sustituír los que estuvieran dañados o faltos de ajuste.
Al mismo tiempo, se comenzaron a desmontar las ruedas pieza a pieza y, para nuestra sorpresa, descubrimos que no podíamos sacar los piñones de la rueda trasera debido a que ninguna de las bocas actuales para tal menester nos era útil; o eran demasiado pequeñas o demasiado grandes.
Este fue un gran contratiempo, puesto que era la rueda que necesitaba más arreglos, pero, tras intentarlo en varias ocasiones, no se puedo llegar a un resultado aceptable, por lo que se decidió sustituírla por una nueva.
El siguiente paso fue limpiar y pulir estas piezas para, a continuación, volver a unirlas. De esta forma, platos, bielas y otros elementos volvieron a recuperar el brillo de antaño.

Algunas piezas ya listas y otras esperando su turno.
Una vez que todas estas partes estuvieron listas, centramos nuestros esfuerzos en el lijado de la bicicleta para eliminar cualquier rastro de pintura y óxido.
Se quitaron todos los adhesivos del metal y se lijó a mano todo el conjunto, tras lo cual se le dio un capa de imprimación.

El cuadro listo para el lijado

Mi hermano, Felipe, dando el visto bueno a la capa de imprimación
A continuación, se pintaron el cuadro y la horquilla de unos colores llamativos a la vez que bien visibles. El diseño y disposición de éstos se debe a mi hermano y a mi padre.
La última parte pasó por recomponer la bicicleta añadiéndole las piezas ya reparadas, limpiadas y pulidas. Además, se añadieron elementos nuevos como frenos, pedales, neumáticos y un sillín.

La "nueva" Torrot Traveller

El aspecto del cambio. Como se puede observar, los piñones de la rueda trasera están bastante mal.

Vista del conjunto de pedalier, desviador y cambio trasero restaurados y los pedales nuevos

Las manetas de freno una vez finalizada

Vista frontal del resultado final
A pesar de las fotos del resultado, la restauración no estaba completa del todo. Faltaba afinar los cambios, ajustar alguna que otra tuerca y sustituír la dañadanrueda trasera por una nueva.
Estos últimos retoques fueron llevados a cabo en el taller de Bicicletas M1, donde el buen hacer de Andrés, su dueño, dejó mi “nueva” montura en perfectas condiciones.

El resultado de esta transformación ha sido una bicicleta ligera, fiable y con la que se disfruta cada pedalada. El único “pero” es la fuerza del freno delantero, algo blando para mi gusto (no se le puede pedir más con lo que lleva montado).

Ahora, es el turno de que mi otra montura también pase por una sesión de pintura y maquillaje...

La próxima "víctima"

viernes, 20 de mayo de 2011

ADELINO MANUEL LOPES, 8 AÑOS PEDALEANDO EUROPA

Hay veces que, gracias al destino, uno tiene la oportunidad de conocer en persona a gente que, como siempre digo, dejaron todo por seguir sus sueños.
Éste es el caso de Adelino Manuel Lopes, a quien tuve la suerte de conocer esta misma tarde en el paseo marítimo de Almería.Adelino es un portugués cincuentón que hace ocho años lo dejó todo y se lanzó a recorrer kilómetros a lomos de su bicicleta.



Para él no era nuevo lo de marcharse por los caminos con lo justo y necesario: Llevaba en sus espaldas más de veinte años de escapadas a pie y en bici por varios lugares de Europa, Sudamérica y África.
El 3 de octubre de 2003 dejó su Setúbal natal atrás a golpe de pedal y se lanzó a una aventura que, según sus propias palabras, "está acabando por falta de plata. Gasté lo que me quedaba entre Italia y Francia."



Ahora, lleva rodando por España dos meses. "Lo más duro fue cruzar los Pirineos. No recordaba que fuera tan duro."Asegura que está regresando a Portugal "a mi ritmo, aunque ahora, de vez en cuando, cojo autovías para ahorrarme subir montañas."De nuevo en Portugal piensa "conseguir algún pequeño trabajo, realizar un CD con las fotos(lo cual no será fácil porque tendrá que elegir entre las 34000 que ha hecho hasta ahora) y vídeos de su periplo, y descansar."
Así que, tras 47000 kilómetros y ocho años en la carretera, colgará la bici... "pero no sé si por mucho tiempo."Sus próximas paradas serán Granada y Córdoba.

Aquí tenéis un link donde cuenta algo más de su vida (en portugués):
Entrevista a Adelino

lunes, 25 de abril de 2011

DE RECUERDOS SE HACE EL MUNDO (II)

'Hace unos siete años, Paul y yo decidimos que ya estaba bien de vivir en un país gris y aburrido que habíamos recorrido de norte a sur y este a oeste cientos de veces', me contaba Joanne mientras disfrutábamos de un estupendo pollo con curry en el interior de su desvencijada Ford Transit.
'Además, Inglaterra es el país más feo y con la gente más idiota del mundo, chaval', añadió Paul, su marido, quien ya llevaba tres o cuatro cervezas en el cuerpo.
Joanne sonrió y continuó hablando:
'Al fin, un día decidimos que era hora de salir de allí y descubrir lugares y gentes que no aparecen en las guías de viaje. Así que vendimos la casa de campo y nuestros dos coches y con el dinero que conseguimos, compramos esta furgoneta y la equipamos con lo necesario para vivir en ella durante una larga temporada.'
'Una larga temporada de cinco años, de momento', dije entre risas. '¿No habéis pensando en volver a Inglaterra?'
Paul se acercó a mí y, mirándome fijamente a los ojos, dijo con tono severo:
'Chaval, tengo 68 años y lo último que me gustaría hacer sería volver a casa y quedarme junto al fuego hasta el fin de mis días'.


'Hay tantas formas de viajar y tantos tipos de viajeros que, aunque la gente suele confundirlos, nunca serán iguales', aseguraba William al tiempo que centraba su mirada en la carne que se asaba en la hoguera. 'No es lo mismo viajar en coche que a pie. Las sensaciones no son las mismas.'
William, un canadiense que dejó atrás su país nada más finalizar sus estudios de periodismo, lo sabía muy bien. Llevaba un par de años buscándose la vida para moverse de un país a otro sin rumbo fijo.
'Pero caravanistas, moteros, mochileros, ciclistas... Todos tenemos un mismo destino, una misma idear: Seguir adelante descubriendo nuevos lugares hasta que el cuerpo aguante. Y aunque éste ya no responda como antes, seguir insistiendo.'


Nada más llegar a la arena del Playazo, Mauro se dejó caer sobre ésta con una amplia sonrisa dibujada en la cara. Por unos momentos, dudé de si lo hacía por cansancio o por pura felicidad.
Al fin, se reincorporó apoyándose sobre los codos y mirando el mar de frente.
'Bellísimo', musitó. '¡Y me lo iba a pasar de largo!'
Reí al escuchar aquéllo. Hacía un par horas que me había encontrado a este simpático italiano mirando con aspecto indeciso un mapa del Cabo de Gata.
'¿Ves lo que te hubieras perdido de ir sólo por la carretera?', le pregunté al tiempo que extendía los brazos para mostrarle la amplitud de la playa.
'Ya veo, ya. Es mejor descubrir nuevos caminos que seguir los que ya están trazados'.


Extracto de una carta de Mike, un estadounidense que está pedaleando a través de Europa (con sello de Rumanía):
No necesito recorrer grandes distancias para conocerme a mí mismo, tener una conversación con mi interior para intentar entenderlo y ser mejor persona, pero sí lo necesito para sentir ésa libertad que no tenemos día a día, en el trabajo, en casa, con horarios y rutinas. Es entonces cuando siento que mi vida está siendo dirigida por alguien que no soy yo para que haga cosas que, en realidad, no necesito o no me gustan.
Pero así es la sociedad, el mundo en el que vivimos. Nos tienen cogidos por los huevos y, o haces lo que ellos dicen y quieren, o te quedas fuera y mueres de hambre y soledad.
A todo esto hay que sumarle que el mundo vive acojonado. O más bien, debería decir que Occidente mira con miedo todo lo que no se parece a su sistema de valores y, por ello, moldea estereotipos negativos acerca de otras culturas: Los musulmanes son todos unos radicales violentos con sed de sangre y que encierran a sus mujeres tras metros de tela y paredes. Si viajas a un país de Latinoamérica, te cortarán una mano para robarte un anillo, porque todos viven en la miseria, infelices y dedicados a las guerras de maras y al narcotráfico. Ten cuidado si viajas a la Europa del Este, porque son todos unos comunistas ladrones, pero sus mujeres son bellísimas y baratas.
Pero, ¿a que no sabes dónde me robaron el portátil que tenía dentro de una de las alforjas? ¡En Europa! ¡En la mismísima Alemania, uno de los países más “civilizados”! Pero no por ello voy a señalar a todos los alemanes como ladrones, pues éso es lo que hace el mundo occidental con el resto: Sólo se para a observar lo peor de cada país y se forma una imagen muy general de éste basándose en ella, aunque no sea real o esté muy deformada'.


Acurrucados uno junto al otro con la toalla por encima mientras nos calentábamos al fuego de una pequeña hoguera encendida sobre la arena de la playa, le comenté acerca de la sensación de estar convirtiéndome en una especie de autómata o marioneta, de no estar haciendo lo que realmente me gustaba...
De repente, Beth puso uno de sus dedos en mis labios y dijo:
'Si tú y yo nos comportáramos como autómatas, ¿estaríamos esta noche aquí, disfrutando de este lugar? ¿Acaso los robots tienen la necesidad de mirar a las estrellas y preguntarse qué hay allá arriba?'

martes, 5 de abril de 2011

ALMERÍA, UN POCO DE HISTORIA (2ª Parte: El "boom" de la minería)

Este hecho acaba de ser consumado gracias a la valentía y devoción de Fernando e Isabel, soberanos de España, que, para su eterna honra, han recuperado el grande y rico reino de Granada y tomado a los infieles la poderosa capital mora, de la cual los musulmanes eran dueños desde hacía siglos.
Enrique VIII, rey de Inglaterra
Discurso de celebración de la conquista de Granada, 1492

En Almería, al igual que en varios lugares de la Península Ibérica, el comienzo de la época cristiana es bien visible, hablando en términos arquitectónicos, en las remodelaciones llevadas a cabo en los edificios levantados por los musulmanes; las mezquitas se acondicionan como iglesias, los palacios califales son derribados y expoliados para extraer de éstos materiales como el mármol, y los edificios de uso militar, como las alcazabas, son transformados en formidables castillos y/o sufren el abandono, en algunos casos durante siglos.
Tenemos ejemplos de éste modo de proceder en lugares como el tercer recinto de la Alcazaba (una especie de añadido a la construcción levantada por los mulsulmanes) y el intento de reconversión de la Mezquita Mayor en catedral (algo que no se llevará a cabo por el terremoto de 1522).

En 1524 se da comienzo a la construcción de la imponente Catedral de la Encarnación, finalizada en 1562, la cual presenta toda una mezcla de estilos arquitectónicos (gótico, renacentista, barroco y neoclásico).
Sin embargo, es bien visible su concepción como fortaleza más que como edificio religioso, con gruesos muros de piedra, torreones y almenas. No era para menos, ya que las incursiones de los piratas berberiscos, además de las contínuas revueltas moriscas, hacían necesario un edificio para la protección de los habitantes de la ciudad.
Vista frontal de la catedral. Se pueden observar los fuertes contramuros soportar el impacto de las bolas de cañón.

Altar Mayor

Detalle de uno de los arcos tras el altar. Éste es un motivo que se repite bastante en el resto del templo.

Patio interior de la Catedral donde, según la leyenda, estuvo enterrado San Valentín... Un romano, nada que ver con el de los enamorados, aunque...

... las autoridades (políticas y eclesiásticas) aprovechan la confusión.
En un extraño giro del destino, la conquista cristiana de la ciudad marcó el inicio de la decadencia en la importancia de ésta como gran puerto marítimo, hasta el punto de que, durante varios siglos, Almería se convirtió en un mero punto en el mapa de España, sin demasiada importancia estratégica ni comercial.

Es durante el siglo XIX, con el descubrimiento de grandes yacimientos minerales en lugares diseminados por toda la provincia (Sierra Almagrera, Menas de Serón, Rodalquilar...), cuando la ciudad despierta de su letargo.
Oro, plata, cobre, hierro... De repente, la provincia entera sufre un empuje enorme que la llevará , en apenas unos años, de vivir como en la Edad Media a encabezar la Revolución Industrial en España.

Las Herrerías, Cuevas del Almanzora. Uno de los puntos más importantes de extracción de minerales.
Poblado minero abandonado cerca de Las Herrerías. Miles de obreros y sus familias vivían aquí en pésimas condiciones.
Dos fueron los factores fundamentales que llevaron a Almería a vivir esta nueva época dorada:
El impulso que experimentaron las minas de toda clase de minerales y la uva de mesa, que comenzó a ser muy apreciada en todo el mundo, por lo cual la industria alrededor de ésta creció paralelamente a la creciente demanda.
De nuevo, la salida de estos productos era el puerto.
Así, entre el humo de las fundiciones, las locomotoras y las diversas fábricas, comienza una nueva era de esplendor para la ciudad de la cual quedan ecos en distintos lugares y edificios de la ciudad.

Tal vez, la construcción más representativa de esta época sea el llamado Cable Inglés, levantado según los diseños de Gustave Eiffel (sí, sí, el mismo de la torre de París).
Se trata de una vía elevada de ferrocarril que acaba sobre un cargadero de mineral, a cuyos lados amarraban barcos de todas las nacionalidades a la espera de partir con las bodegas llenas de los preciados minerales de la provincia.

Vista del Cable Inglés desde el puerto

Panorámica desde el lado contrario. En primer plano, momumento a los almerienses muertos en campos de concentración nazis.
El Cable Inglés desde abajo. Actualmente, el conjunto está en rehabilitación.
Un edificio muy conocido de dicho período de prosperidad es el Edificio de las Mariposas, formalmente conocido como la Casa Rapallo.
Levantado en 1902, ha sido restaurado recientemente y devuelta su impresionante estampa. Es uno de los iconos y punto de referencia del centro de la ciudad.

La Casa de las Mariposas, en pleno centro de la ciudad de Almería, antes de su restauración.
El Palacio Episcopal de Almería fue levantado unos años antes (1894-1896) sobre los terrenos que otrora ocupara una casa señorial, utilizada como residencia del obispo hasta el terremoto de 1804, cuando resultó dañada.
El Palacio Episcopal se encuentra frente a la Catedral de Almería.
Otro de los edificios más representativos de ésta época es el Cortijo Fischer, el cual se encuentra frente la vieja estación de trenes (actualmente en desuso).
Se trata de un chalet de estilo modernista, levantado hacia 1889, y que, tiempo más tarde, fue utilizado como residencia de los gobernadores de la provincia.

Antiguo Liceo de Almería, lugar de difusión cultural de la burguesía local. Actualmente, acoge la sede central de Centro Andaluz de la Fotografía.
Casa de estilo modernista en el centro de Almería. El Paseo contiene una amplia muestra de edificios de la época dorada de la minería en la provincia.
La antigua estación de trenes. El ferrocarril llegó a Almería gracias a la minería (y se puede decir que se fue con ella).
La Escuela de Artes, el actual Edificio de la Diputación y el magnífico Teatro Cervantes son otros ejemplos de las construcciones llevadas a cabo durante aquélla época dorada, la cual tuvo un final abrupto ya que, tras la Primera Guerra Mundial, la demanda de los minerales que se extraían en la región cayó en picado en favor del acero.
Años antes, una plaga de filoxera había acabado con casi la totalidad de las plantaciones de vides de la provincia, llevando al sector a una ruina inmediata.
De nuevo, Almería se veía aislada del resto de la Península.

Fachada principal de la Escuela de Artes.
Patio interior de la Escuela de Artes. Este lugar fue utilizado como plató en películas de Indiana Jones.
Edificio de Diputación. Anteriormente, fue una enorme casa burguesa.
Sufrió bombardeos alemanes y del bando nacional durante la Guerra Civil, además de servir de ruta de escape a miles de personas hacia los barcos de Alicante que zarparon rumbo a América y una Europa a punto de entrar en la Segunda Guerra Mundial. Fue testigo de la huída de civiles y combatientes del asedio de Málaga.
Refugios de la Guerra Civil. Construídos para proteger a la población durante los ataques de la aviación del bando nacional, sirvieron para acoger a un gran número de personas durante el bombardeo naval alemán.
Salidas de los Refugios, justo frente a la Escuela de Artes.
Y, después de la guerra, poco más... Hasta que comenzaron a levantarse los primeros invernaderos, allá por los años sesenta del siglo pasado... Pero eso es otra historia...

martes, 22 de marzo de 2011

ALMERÍA, UN POCO DE HISTORIA (1ª Parte: Bajo el dominio musulmán)

Comienzo aquí un artículo de dos partes sobre la historia de mi ciudad, Almería, para que conozcáis un poco más cómo se forjó su carácter, sus pueblos y ciudades, además de descubriros algunos de los lugares menos conocidos de ésta.

¡Que lo disfrutéis!

La impronta que dejó el dominio musulmán en la ciudad de Almería es algo más que evidente en la parte más antigua de la ciudad que conforman la Alcazaba, la muralla de Jayrán y el entramado de calle estrechas y laberínticas de La Medina.

Vista panorámica de la La Medina desde la Alcazaba de Almería. A la derecha, se pueden observar la Iglesia de San Juan Evangelista y el Cuartel Militar, antiguo emplazamiento de la Mezquita Mayor.
 Es más; a pesar de la existencia de pequeños restos de época romana, no fue hasta el siglo X cuando se fundó oficialmente la ciudad bajo el mandato del rey Hakim, quien consideró el lugar como punto clave para la defensa de la que entonces era la localidad más importante de la comarca, Pechina.
La construcción de la Alcazaba de Almería comenzó inmediatamente después de que, en el año 950 D.C., Abderramán III concediera el título de medina a la, en ese momento, pequeña población Al-Mariyya Bayana , cuya principal actividad era el comercio marítimo.
Además, conjuntamente al levantamiento de este conjunto defensivo, se rodeó completamente la ciudad con un muralla y se edificó la Mezquita Mayor. Completaban el conjunto el sistema de aljibes de Jayrán, que abastecían de agua a la población transportando el preciado líquido desde el nacimiento de Alhadra.

Parte de los restos de la muralla que rodeaba la ciudad en su vertiente al mar. Bajo éstos, se hallaron restos de una fábrica de salazones de época romana.
Al-Mariyya Bayana comenzó a prospera rápidamente, hasta el punto de convertirse en el puerto más importante de Al-Andalus, como representa el hecho de que fuera elegida como base de la flota omeya y de que llegaran a sus comercios piezas de lugares tan remotos como Egipto, Siria, Francia e Italia.

La Alcazaba es, tal vez, el monumento más representativo de la capital almeriense. Su imponente estampa es visible prácticamente desde cualquier punto de ésta.
Rodeada por completo por murallas de entre tres y cinco metros de altura, esta edificación defensiva fue durante siglos el centro de gobierno político, militar y religioso de la ciudad que vivió una de sus épocas doradas.
El conjunto, capaz de albergar en su interior hasta 20.000 personas, se divide en tres recintos distintos que muestran claramente la evolución de la ciudad.

En el interior del primer recinto se levantaban viviendas organizadas en torno a estrechas callejuelas y abastecidas de agua por diversos aljibes.
Asimismo, en este lugar convivían civiles y militares, éstos últimos apostados en lo que se conoce actualmente como el Baluarte del Saliente.

Vista panorámica del interior del primer recinto. Al fondo, el Muro de la Campana de la Vela (o Muro de la Vela).

Aljibes. El agua llegaba de las fuentes de Alhadra y fue un factor decisivo en la evolución de la ciudad.
El segundo recinto se divide del primero gracias al imponente Muro de la Campana de la Vela y estaba destinado a las máximas autoridades de la ciudad, las cuales se alojaban en una serie de palacios adornados con todos los lujos de la época, como suelos y paredes de mármol, además de contar con dependencias propias como mezquitas, baños de agua caliente...
Actualmente, de este esplendor apenas quedan unos pocos restos visibles, pero si queremos hacernos una idea de su tamaño, basta con mirar la Torre de la Odalisca que, a pesar de su nombre, en realidad era parte de la pared del palacio más grande que se erigía en el lugar.
Es en esta parte del complejo amurallado donde, también, se levanta la Casa del Alcaide, levantada en el siglo XX siguiendo una imagen romántica de la Alhambra de Granada.

Panorámica del Muro de la Campana de la vela. A la derecha, la pequeña hermita de estilo mozárabe.
La Casa del Alcaide de noche. Este conjunto fue levantado bajo una imagen inspirada de la Alhambra de Granada.
Arco a la entrada del segundo recinto. El arco original se levantaba varios metros más atrás. El que podemos observar hoy día es una mala reconstrucción de principios del siglo XX hecho con restos aparecidos en los alrededores.
Panorámica de la zona en la que continúan los trabajos arqueológicos. A la derecha, la Torre de la Odalisca que, en realidad, era parte de la pared de un palacio.
Panorámica del segundo recinto. La explanada en primer plano estaba ocupada por palacios y zonas de lujo levantadas con materiales como mármol.
El tercer y último recinto consiste en una construcción fortificada añadida (o construída sobre otra ya existente) al conjunto tras la conquista de la ciudad por parte de los Reyes Católicos, en 1489.
En su interior se encuentran varios cañones, centenarias piezas de artillería apostadas allí en caso de ataque.
Exterior del tercer recinto (o el Castillo) de noche.
Vista panorámica del interior del tercer recinto. A la izquierda, junto a una pequeña palmera, se puede observar el pozo usado como mazmorra. También, podemos ver la imponente Torre del Homenaje, actual sub-sede del Centro Andaluz de la Fotografía y en la que se exhiben imágenes del Proyecto Imagina.
Interior del tercer recinto de noche. En la construcción del fondo se guardan las puertas originales de la Puerta de Purchena.
Cañón apostado en el tercer recinto. Ya en época cristiana, la Alcazaba se convirtió, junto a la Catedral, en los principales bastiones de defensa contra las incursiones de los piratas berberiscos.
A mediados del siglo XIX, las autoridades locales decidieron que, si la ciudad quería expandirse, se debían derruír las murallas que aún la rodeaban.
Así, a día de hoy, apenas quedan restos diseminados de ésta en la zona de Pescadería, la Alcazaba y, frente a ésta, en el conocido como Cerro de San Cristóbal, en el cual se levanta una enorme escultura de Jesucristo que domina una preciosa vista de la ciudad.

El Cerro de San Cristóbal y la Muralla de Jayrán.
Pero la huella de la dominación musulmana en la actual ciudad de Almería no se limita sólo al conjunto defensivo de la Alcazaba ya que a los pies de ésta se encuentra el barrio de La Medina, un conjunto de callejuelas estrechas y construcciones abigarradas unas junto a otras, siguiendo un patrón con clarísimas reminiscencias de la época árabe.

Por último, y como símbolo final de la Reconquista, la antigua mezquita mayor de la ciudad fue demolida en parte y sobre el solar resultante comenzó la construcción de la actual Iglesia de San Juan Evangelista.
Los proyectos de convertir la inmensa mezquita (se habla de una capacidad cercana a las 10.000 personas) en una catedral quebraron debido al terremoto de 1522, que asoló la población y tras el cual, el edificio combinó etapas de obras con otras de abandono. Tras diversos avatares (uso militar, bombardeos en la Guerra Civil...), volvió a abrir sus puertas en 1979.
Pero lo que llama la atención sobre esta construcción, y lo que la relaciona con la época de la mezquita mayor, es la conservación del muro de la qibla y el mirhab, datados en el siglo XII, y la integración de dichos elementos en el actual edificio.

Fachada de la Iglesia de San Juan Evangelista.
Fachada de la antigua Mezquita Mayor en el interior de la iglesia.
Detalle de la misma pared.
Altar de la iglesia.
Tal vez, sea ésta Iglesia la que más levanta mi curiosidad al poder admirar en un mismo lugar, a escasos metros uno de otro, elementos sagrados de dos religiones que tanto se diferencian, pero que, a la vez, se asimilan mucho más de lo que imaginamos.
Ante esta imagen, uno no puede evitar pensar que tanto derramamiento de sangre por ser fieles de una u otra creencia es el mayor absurdo que puede hacer el ser humano.

La vida es como andar en bicicleta.
Para mantenerte en equilibrio,
tienes que seguir moviéndote.

Albert Einstein