miércoles, 26 de mayo de 2010

Bicis caras vs Bicis baratas (¡Quién dijo crisis!)

Antes de hacerme con la bicicleta de carretera, estuve buscando (durante bastante tiempo) una con la que poder ganar algo de fondo y disfrutar de las sensaciones que ofrece el rodar sobre asfalto.
En varias ocasiones, mientras leía artículos y comentarios en los foros de ciclismo en Internet, solía encontrarme con cosas como ésta:

Hola a todos. Soy nuevo en esto de la bici y me gustaría saber qué opinión tenéis de la B’twin Sport 1 del Decathlón. Es muy barata, pero tiene buena pinta.

Respuesta 1: Vaya p… m… de bici. No seas rata y gástate más y cómprate un modelo básico de BH u Orbea o una de segunda mano que las hay mejores. Las del Decartón sólo sirven cambiándoles el chasis, las ruedas, los cambios…

Respuesta 2: Por el precio que tiene y según el uso que le vayas a dar no está mal. Eso sí, a los tres meses estarás pensando en cambiarte de bici. Pesa como un muerto y el plato chico lo lleva de adorno. La gama Shimano que lleva es lo más bajo que hay.

Respuesta 3: Si piensas salir con un grupo, píntala para que los demás no sepan qué bici es y no pases vergüenza rodando al lado de bicis de más de 2000 euros.

Tras leer éstos y otros comentarios del mismo tipo, he llegado a la conclusión de que muchos de estos foreros suelen saltarse algunas de las reglas más básicas del sentido común y de la lógica de forma sistemática al juzgar una determinada bicicleta, pues, para ellos, es mucho más fácil hablar mal de una bici con la que no han rodado nunca que ir a una tienda y probarla.
Además, ignoran el hecho de que no todo el mundo puede gastarse un pastón en una bicicleta de calidad (¿quién dijo crisis?).

Habrá quien se esté preguntando si, a pesar de las diferencias en el precio, ambas bicis no sirven para lo mismo; pedalear y disfrutar de nuestro deporte. La respuesta es .
La diferencia está en el comportamiento de cada una sobre el asfalto.

Haré una pequeña comparativa para explicar esto último con más detenimiento.
En primer lugar, analizaré una máquina de 2.999 euros, la Specialized Roubaix Expert SL (no cobro comisiones; la he elegido porque la probaban en una de las revistas que compro cada mes).
La lista de componentes de esta bicicleta vendría a ser la siguiente:
Cuadro de carbono FACT 9r.
Horquilla de carbono.
Bielas, platos, desviador, cambio, palancas y cadena: Shimano Ultegra 6700.
Llantas de aluminio: Roval Fusée SL.
Cubiertas: Specialized Roubaix Pro II.
Potencia de aluminio: Specialized Pro Set. Manillar de aluminio: Specialized Pro Ergo. Tija de carbono: Specialized FACT. Sillín: Specialized Body Geometry Avatar.
Peso total: 7,9 kilos.


La Specialized Roubaix Expert SL, un misil de casi 3000 euros.

Y, en el otro lado del ring, os presento la B’twin Sport 1, una bicicleta básica con un precio de 299 euros.
Cuadro de aluminio 6061 T6.
Horquilla de acero molibdeno.
Bielas y platos: OUNCE (triple plato).
Desviador, cambio y palancas: Shimano 2200.
Cadena: KMC
Llantas de aluminio.
Cubiertas: Hutchinson.
Potencia con dirección integrada de aluminio.
Manillar y tija de aluminio.
Sillín: Royal Viper.
Peso total: 10,9 kilos.


La B'twin Sport 1, una bici perfecta para iniciarse.

Comenzamos por el tipo de material de los cuadros y las horquillas.
La primera diferencia (y la más importante) es que el carbono es mucho más ligero que el aluminio. Aún se mantiene la discusión de si la materia negra es igual o más resistente que el metal, aunque a su favor tiene que, si fabrican los monoplazas de Fórmula Uno en dicho material para que soporten impactos a más de 200 kilómetros por hora, por algo será…

El conjunto de la transmisión (bielas, platos y cadena) es una de las partes más elementales de una bicicleta y de estos componentes depende en gran medida la comodidad con la que rodaremos, de ahí la importancia de que debamos tener las máximas garantías con estas piezas.
Con esto no quiero decir que las piezas de marcas conocidas o más caras sean mejores que el resto, pero es lógico que no den muchos problemas. El pedaleo tiene que ser suave, sin roces de ninguna clase. Cualquier fricción nos obligará a aumentar la fuerza del pedaleo lo que hará que el cansancio aparezca antes.

Igual de importante es la confianza que tengamos del conjunto de cambios, desviador y palancas, pues éste es el que más quebraderos de cabeza suele dar.
Todos hemos oído alguna vez a un ciclista quejarse de que el cambio no iba bien y no puede bajar o subir a tal o cual plato o piñón; o que las palancas son muy duras al tacto… La mayoría de las veces se debe a un mantenimiento poco cuidadoso o por descuidar el material.

Un buen mantenimiento del desviador es fundamental para que funcione correctamente.

Las bielas deben ajustarse al ciclista y no sólo a la bicicleta, pues pueden generar problemas de rendimiento.
Un desviador, con un mantenimiento apropiado, funcionará como la pieza de precisión que es. Un desviador “malo” necesitará continuas regulaciones cada poco tiempo.

A todo esto, me gustaría resaltar una cosa: Shimano (o cualquier otra marca de componentes para bicicleta), no hace piezas malas y piezas buenas: con un mantenimiento y uso adecuados, todas funcionan a la perfección.
Por lo general, los aficionados suelen imaginar que, allá en el cuarte general de la marca, un grupo de ingenieros se sienta alrededor de una mesa y dicen: “Vamos a diseñar un cambio muy, muy bueno y espectacular”. Y, tras acabarlo, dicen: “Ahora, vamos a diseñar un cambio muy malo y muy cutre.”
La cosa no funciona así; cada grupo tiene un uso distinto y un mantenimiento que seguir para que funcione como un reloj y alargar su duración. Es algo que resaltan las propias marcas.
Pero, claro, siempre habrá quien, por desconocimiento o por querer pasarse de listo, se salte esas reglas básicas a la torera, lo que desembocará en continuos fallos mecánicos o de fiabilidad.

Los elementos de la transmisión son de vital importancia en nuestra máquina.

Las ruedas no suelen tenerse en cuenta a la hora de comprar una bici, aunque, con la actual fiebre del carbono, cada vez son más las marcas que apuestan por este material.
El caso es que las cubiertas son UN ELEMENTO DE SEGURIDAD de primer orden. Son el único punto de contacto entre tú y el duro y áspero asfalto. Por ello, un buen agarre en cualquier situación es vital, por lo que una buena marca siempre es bienvenida. Desconfía de los neumáticos de la oferta del 2x1 de las grandes superficies. En realidad significan: 2 cubiertas sin buen agarre x 1 ostión de los grandes.
Personalmente, me inclino por los neumáticos mixtos (uso deportivo y de diario), pues ofrecen buen agarre en todos los ambientes y, además, puedes darles caña bajando a todo trapo sin miedo a un resbalón ni nada parecido.
También, me gustaría hacer otro apunte: NO EXISTEN NEUMÁTICOS PARA LLUVIA Y PARA SECO. Lo que sí sucede es que el compuesto de algunas marcas y modelos los hacen ideales para uno u otro ambiente. De ahí a decir que son de uso exclusivo para mojado o seco… En cambio, sí existen modelos para competición o para rodar tranquilamente.

El sillín es otro elemento importante ya que de su correcta colocación depende la posición que adquieras en la bici y, por añadido, la comodidad con la que rodarás.
Tal vez, sea éste el elemento donde las diferencias entre marcas de calidad y las demás no influyen tanto; un sillín cómodo es un sillín cómodo, no importa si es de marca La Pava o San Marco.
Si tienes la piel del pandero sensible, te recomiendo que te hagas de una buena funda de gel. También, para los hombres, aconsejo el uso de sillines prostáticos para que no que no duerma “cierta parte” cuando llevas unas horas sobre la bicicleta.

Un buen sillín prostático para los chicos; la mejor solución para no sentir adormecimientos en ninguna parte "importante".

Tijas, manillares y potencias los hay de todos los pesos en aluminio y carbono, pero, de nuevo, es la materia negra la que gana en ligereza. De todas formas, las bicicletas actuales no son los hierros de antaño, por lo que, a no ser que seas un profesional o compitas a un nivel bastante alto, lo del peso de estos elementos, o de la bicicleta en general, tampoco es tan importante aunque, lógicamente, no es lo mismo ascender un puerto o correr un sprint sobre una bici de siete kilos y pico a hacerlo con una de diez.
Más peso = más esfuerzo = más cansancio.
A pesar de todo esto, lo más importante es el mantenimiento de todos y cada uno de los componentes de una bicicleta.
Ya sea Shimano Ultegra o Shimano 2200, si no mantienes cada elemento en un estado óptimo, te dará problemas demasiado a menudo.
No vale limitarse a un buen lavado tras cada salida. Hay que engrasar y lubricar las partes que lo requieran, revisar frenos y cambios antes y después de partir. He visto bicicletas con treinta años que funcionan como el primer día gracias a que sus dueños las han tratado como se merecen, pero, también, he visto bicicletas que, con apenas dos años, crujían por todos lados.
Eso sí, dejando el idealismo un lado, está claro que la Specialized es superior a la B’twin en todos los aspectos, tanto en acabados como en comportamiento, pero ambas son perfectamente válidas para salir a rodar unas horas por asfalto (la Specialized, incluso para competir).
Otra cosa que tiene a su favor la Roubaix es que, generalmente, los cuadros “de marca” tienen garantía de por vida. En cambio, los cuadros B’twin sólo tienen cinco, por lo que ya puedes empezar a rezar para no sufrir alguna rotura durante los próximos sesenta meses.

Entre estas dos monturas, existe un amplísimo abanico de marcas y modelos con precios ajustados o prohibitivos.
Por ejemplo, la magnífica Orbea Enol (repito: NO cobro comisiones. Además, donde se ponga una BH…), una bici que, a pesar de compartir el grupo Shimano 2200 con la B’twin, es el perfecto ejemplo de una bicicleta a un precio no muy elevado, pero con unos componentes más que sobresalientes.

La Orbea Enol ofrece calidad a un precio reducido.

Resumiendo: No se necesita un maquinón para disfrutar del ciclismo. No juzgues a otro ciclista por la bici que lleve y limítate a divertirte y apreciar este gran deporte.

viernes, 21 de mayo de 2010

NOVEDADES, RETOS Y COLABORACIONES

¡Buenas a tod@s!

Como podéis ver, le he dado un lavado de cara al blog, que ya lo iba necesitando, y he añadido algunas novedades como es una lista de enlances a las páginas webs que todo ciclista debería conocer. También, he añadido otro link permanente a mi canal de Youtube para que podáis disfrutar de los vídeos de mis viajes.

(Hablando de vídeos, en dicho canal podréis encontrar el que había elaborado acerca de mi viaje por La Alpujarra (http://www.youtube.com/watch?v=Emj0spW1uMY).
También, podéis ver el excelente reportaje que hizo mi compañero de viaje, Curro: http://www.youtube.com/watch?v=bV4WTEd1pOE)

Pendiente me ha quedado crear un álbum de imágenes en Picassa o Flickr donde subir fotos de mis salidas, pero es algo que agregaré en los próximos días.

En cuanto a mí, pues el viento me está impidiendo llevar a cabo un reto que ya he retrasado dos veces, recorrer los 100 kilómetros que separan Almería de mi pueblo natal, Arboleas, para lo cual ya he preparado la bici añadiéndole en el cuadro otro bidón y un acople de triatlón al manillar.



El nuevo portabidón.


El acople de triatlón.

La máquina y yo durante la preparación del reto.

También, decidí ponerle cinta dorada en el manillar aprovechando la instalación del acople y, la verdad, le quedó muy bien y vistoso.

La nueva cinta del manillar.

Bueno, espero que os guste el nuevo diseño del blog y que todos disfrutemos de él. Por cierto, si tienes alguna duda, sugerencia, idea, artículo... o, simplemente, quieres colaborar para que este pequeño rincón siga creciendo, sólo tenéis que enviarme un e-mail.

¡Saludos! ¡Nos vemos por los caminos!

domingo, 16 de mayo de 2010

RENOVANDO Y RESTAURANDO

Llevamos varios días con fuertes vientos en Almería, lo cual me ha impedido salir a rodar más de lo que me gustaría. Me he limitado a tres o cuatro tristes idas y venidas hasta El Alquián. Hace un par de días, a punto estuve de besar el suelo por culpa de una racha bastante fuerte e intensa que me alcanzó de lleno.
Finalmente, no pude acudir a la Marcha Ciclista Martínez Oliver por motivos laborales. Tuve que aceptar con resignación que me perdí la que, sin duda alguna, es una de las citas más grandes del calendario ciclista de la provincia. De todas formas, espero quienes hayan participado en ella, junto al grandísimo Miguel Induráin, lo hayan pasado fenomenal y disfrutado de un día grande y lleno de buenas sensaciones.

Aún estoy maravillado con la Peugeot de carretera. No cruje ni chirría y no se cae a piezas como más de uno pensaría. Es una máquina a la que, durante las últimas dos semanas, he estado cambiándole algunas piezas y agregándole otras.

Primero, me deshice de los neumáticos agrietados y bastante degradados por el sol (sobretodo el delantero, que parecía estar bronceado), y la calcé con unos Michelín Speedium 2 a juego con sus colores, amarillo delante y azul atrás.

La máquina con sus "zapatos" nuevos.

A continuación, le quité su viejo y deteriorado portabidón y lo reemplacé por uno nuevo, bajo el cual he acoplado una pequeña bomba de inflado. Para completar el conjunto, le añadí un bidón de la división de bicicletas de KTM.

Los nuevos portabidón, bidón y bomba de inflado.

El siguiente paso fue hacerme con un sillín prostático Velo, el cual regulé hasta la posición más cómoda para sentar mis reales posaderas. También, me hice con una pequeña bolsa para las herramientas, la cual puedo colocar tanto en el cuadro como bajo los raíles del sillín.

El sillín prostático Velo.

Aquí puede verse mejor la bolsa para las herramientas (o el móvil, o las llaves...)

Por último, le instalé un ciclocomputador, el Velo 5 de Cateye, que, aunque es el modelo básico (5 funciones), me inspira más confianza que el que tengo colocado en la bici de montaña (que tiene las mismas funciones, pero tiene un aspecto de baratija…)

El ciclocomputador Velo 5, de Cateye. Una herramienta muy útil y compacta.

Aquí os dejo algunas imágenes para que podáis apreciar mejor los cambios. Pendiente tengo el asunto de la cinta del manillar, la cual no encuentro en amarillo chillón (eso sí, en negro y rojo, todas las que queráis).
El siguiente paso será pintarla, para lo cual he decidido mantener los colores que muestra actualmente por ser una combinación vistosa y que me gusta bastante, pues le da cierto carácter a la bici en sí.

Me gustaría añadir que parte de los nuevos elementos los compré en una nueva tienda, Bicicletas M1, que abrió sus puertas hace menos de un mes, donde me aconsejaron sobre materiales y nuevos elementos para mi montura. Además, tienen el plus de tratar con una de mis marcas favoritas, Bianchi. Para los que seáis de Almería o alrededores, podréis encontrarla c/ Cardenal Herrera Oria nº 11.

Una vez listos todos los elementos de la bici, me dediqué a escoger un equipamiento más apropiado para la carretera, ya que, aparte de algún culotte, apenas tenía nada que no fuera para la práctica del mountain bike.

Ya antes incluso de tener una bici de carretera, me había llamado la atención la equipación para ciclismo de la serie Livestrong de Nike, una división creada junto a Lance Armstrong y su fundación contra el cáncer, pero es bastante cara (a lo que hay que sumar los posibles problemas en la aduana de los Estados Unidos).

Entonces, un buen día me dije: “Voy a crearme mi propia equipación Livestrong”… que venía significar buscar distintas piezas que combinaran los colores negro y amarillo.
Así, he acabado con un casco CR&M, un maillot sin mangas Spiuk, unos guantes para carretera Giro y, por último, un culotte negro B’twin.

Aparte de todos estos líos, también, he estado diseñando plantillas para unos adhesivos que voy a poner a mis tres caballos de acero.
En total, tengo tres láminas, una para cada bicicleta. Dos de ellas serán para las bicis de carretera una vez hayan recibido la nueva mano de pintura, y la otra, para la de montaña, mi querida Claudia, una máquina rutera donde las haya.

¡Ah! Para aquéllos que se pregunten cómo va la restauración de la Torrot, aquí agrego algunas imágenes que le hice poco antes de lijarla por completo, el cual fue el último paso hasta ahora. Llevo un tiempo sin haber ido al pueblo, pero espero poder “meterle mano” el próximo fin de semana y comenzar a pintar el cuadro y la horquilla.

La bici tal y como estaba el día que llegó a casa.

Comienzo el desmonte de todas las piezas.

El resultado final del proceso; el paso siguiente fue el lijado total de cuadro y horquilla.

En fin, que estos días no he podido salir mucho sobre las bicis, pero he currado un montón en ellas.
Espero volver a rodar pronto y traeros una buena crónica de una salida.

¡Saludos a tod@s!
¡Nos vemos por los caminos!

¡Ah! También le he metido mano al blog. En unos días os informaré de las novedades. Estad atentos.

miércoles, 12 de mayo de 2010

MUERTE DE UN ALPINISTA

Qué fácil resulta para algunas personas hablar mal y verter críticas acerca de situaciones y materias que desconoce.
Los comentarios que se podían leer en Internet sobre las noticias del fallido rescate y posterior fallecimiento del alpinista español Tolo Calafat son el ejemplo perfecto de ello.
A cada día que pasaba y la situación se iba tornando más crítica, mayor era mi indignación por algunos de aquéllos comentarios. Se escribían auténticos disparates (“a 8000 metros cualquiera piensa como al nivel del mar” ó “que envíen unos bomberos especializados”), producto del desconocimiento, generalizado, acerca del alpinismo. Había quienes, incluso, se lo tomaban a cachondeo y a risa.

Aún más lamentables fueron las declaraciones de Juanito Oiarzabal contra Eu-Sun Oh y los sherpas de ésta.
Cabe recordar que la surcoreana acababa de batir a Edurne Pasabán, compañera de Juanito en varias expediciones, en la carrera por ser la primera mujer en conquistas los catorce ocho miles.
Y digo “acababa” literalmente. Había llegado al campo base hacía unas horas.

Para quienes no hayan seguido la historia, la resumo brevemente:
El 27 de abril, tras hacer cima en el Annapurna (8091 m.), Tolo Calafat, Juanito Oiarzabal y Carlos Pauner comienzan un largo y complicado descenso.

Mientras que Juanito y Carlos llevan un buen ritmo, Tolo se encuentra cada vez más débil hasta que avisa por radio de que “ha perdido la huella”, es decir, cualquier rastro que indicara la dirección que habían tomado sus dos compañeros, y que ha decidido parar a descansar. Está a 7585 metros y le acompaña un sherpa, Sonam.

El Annapurna, una bestia de 8.091 metros.

Llega la noche y Tolo sigue sin ponerse en marcha. En el campamento base, Juanito y Carlos intentan convencerle de que se ponga en pie y comience a moverse, a lo que Tolo responde que no puede pues se encuentra demasiado débil y pide que le envíen ayuda. En mitad de aquélla fatídica primera noche, Sonam desciende al campo base y el mallorquín se queda completamente solo en la montaña.
Mientras tanto, el campo base, adonde Juanito y Carlos llegaron en helicóptero desde el Campo 4, es un hervidero de actividad. Todo el mundo está dispuesto a colaborar en una misión de rescate. Nada más bajar del transporte aéreo, Juanito comienza a bramar contra la surcoreana y su equipo ya que, según su versión, había ofrecido una cantidad de dinero a los sherpas de la expedición de Eu-Sun Oh a cambio de que subieran a buscar a Tolo, pero éstos no aceptaron la propuesta porque aún estaban cansados del día anterior.
Entre tanto, Pauner pide a otro sherpa, Dawa, que suba e intente encontrar a Tolo. El valiente porteador acepta y se enfrenta a una ascensión de más de diez horas en mitad de una ventisca, alcanzando los 7900 metros, pero sin encontrar ni rastro del alpinista español. La esperanza se va apagando hasta que, finalmente, los equipos de rescate vuelven al campo base dando por muerto al alpinista mallorquín.
Pero el asunto sigue candente, pues Oiarzabal, antes y después de su regreso a España, se pasa horas en los medios de comunicación despotricando contra el equipo surcoreano. A la historia del alpinismo patrio pasarán frases como: “Si veo a la coreana le arranco la cabeza” y: “Teniendo cinco millones de presupuesto no han puesto ni un puto metro de cuerda.”


Al mismo tiempo, los expertos del mundo del alpinismo comienzan a cuestionarse puntos clave de la expedición: ¿Por qué no abortaron la ascensión conociendo que llegarían a la cima demasiado tarde? ¿Por qué se quedó un sherpa junto a Tolo, y no alguno de sus compañeros? ¿Cómo es posible que no se dieran cuenta de las dificultades del mallorquín durante el descenso?
Demasiados interrogantes y pocos protagonistas dispuestos a hablar honestamente. Lo único seguro es que, por desgracia, Tolo se ha convertido en el vigésimo tercer español en morir en una cumbre del Himalaya, sumándose a una lista demasiado larga en la que figuran Iñaki Otxoa, Xavier Ormazabal, Félix Iñurrategi y ‘Atxo’ Apellániz entre otros.

Respecto a Juanito Oiarzabal sólo puedo decir una cosa; se me ha caído el mito.
Es, sin lugar a dudas, uno de los más grandes alpinistas de todos los tiempos (sexto hombre en subir los 14 “ochomiles” y el que más veces ha ascendido picos a esas alturas, con un total de 24 cimas), pero su reacción, desde el mismo momento en que llegó al campo base del Annapurna, ha sido siempre la de atacar a los demás y eso es algo que me ha decepcionado de un grandísimo deportista como es él.

Juanito Oiarzabal en su elemento, la alta montaña.

Primero, carga contra Eu-Sun Oh (“si sus sherpas hubieran ayudado, Tolo estaría vivo”) y luego intenta arreglarlo presentando una conspiración contra su persona (“me estoy comiendo la polémica de la muerte de Tolo por mi nombre”). Incluso Carlos Pauner se ha manifestado en contra de las declaraciones de Juanito contra la surcoreana y el equipo de ésta.

No nos volvamos locos y comencemos desde una verdad tan clara como demoledora:
Si estás a 7500 metros de altitud y no te mueves, vas a morir.
Es una afirmación impactante, pero totalmente cierta.
Tus compañeros no podrán hacer nada por ti si ni siquiera puedes ponerte en pie, pues, de hacerlo, ellos mismos pondrían en riesgo sus vidas. No es que ellos te vayan a abandonar a tu suerte simplemente porque no te mueves, sino que o se mantienen en movimiento o morirán contigo.

Cuanto más te adentras en las alturas, menos oxígeno llega a tu cerebro, por lo que tus pensamientos y tus movimientos se tornan más lentos y consumen más energía de lo normal. No se trata de que tengas o no fuerzas para empujar a alguien, es que incluso caminar se torna difícil y pesado.
A esto, hay que sumarle el frío. A altitudes extremas, el frío llega a igualarse al que podríamos sentir en el Polo Sur, temperaturas tan bajas ante las que el cuerpo humano, simplemente, comienza a apagarse. El cuerpo comienza a dormirse. No es cansancio, no es agotamiento; es la respuesta biológica de nuestro organismo ante la imposibilidad de mantener los órganos a una temperatura aceptable.

El alpinista que comienza una ascensión asume el riesgo de poder morir en el camino de ida o el de vuelta.
Sabe que, a partir de una determinada altitud, el rescate por helicóptero es imposible, pues el aire es tan poco denso que sus aspas no soportan presión alguna y cae al vacío.
Conoce de antemano el eterno dilema de la gran montaña: Ayudar a alguien en problemas o no hacerlo. Ha pasado cientos de veces y seguirá ocurriendo en el futuro: Puedes estar tendido sobre la nieve frente a una expedición que no sea la tuya y sus miembros se limitarán a pasar de largo, o bien se interesarán un poco por ti, pero, una vez sepan en qué estado estás, te dejarán ahí mismo. Las montañas más altas del mundo están regadas de cadáveres. En algunas de ellas, incluso, se han convertido en un punto de referencia en la ruta.

Esas grandes moles de granito, caliza y otros materiales rocosos no van a ayudarte en nada, ya tengan mil, tres mil u ocho mil metros de altura, pero una cosa es enfrentarse al Mulhacén o al Mont Blanc (en las que puedes morir igualmente), y otra muy distinta vérselas cara a cara con el Everest, el Lothse o el Aconcagua.

Incluso en el Mulhacén te pueden surgir graves problemas.

Lo que más rabia me da de todo este asunto es el circo mediático en que han convertido la muerte del mallorquín, un joven cuyo sueño era poder vivir del alpinismo sin renunciar nunca al poder divertirse con ello.
Ha habido quienes han hablando de más, quienes deberían de haber callado, quienes han presentado a los sherpas como auténticas alimañas o esclavos al servicio de los alpinistas profesionales y quien ha guardado silencio pudiendo haber aclarado algunos puntos negros de toda esta historia.

Todo esto me ha traído a la mente otra cuestión, que, aunque no tenga nada que ver con la desgraciada pérdida de Tolo Calafat, me gustaría señalar: la eterna discusión sobre la masificación de las expediciones a las montañas más altas del planeta y el coste humano que resulta de ello.

La cima del Everest durante la temporada de primavera de 2009.

El conocido como “desastre del Everest” es un ejemplo y el acontecimiento que puso en alerta a los expertos acerca del peligro que conllevaba la “súper-comercialización” de dicha montaña.
Había tantas expediciones haciendo cumbre aquél 10 de mayo de 1996 que un embotellamiento cerca de la cima provocó un efecto dominó, retrasando un grupo tras otro en su intento de llegar al punto más alto. Tal es así que unas dieciséis personas se vieron obligadas a acampar durante la noche en el Campo 4 (el más cercano a la cumbre) donde fueron sorprendidos por una ventisca a más de 8000 metros de altitud. El caos se apoderó de la situación, resultando en la muerte de ocho montañistas.
Aquél fue el año con más muertes en la historia del Everest, con un total de quince fallecidos.
El K2 ha sido testigo mudo de dos situaciones similares a lo largo de los años.
Entre el 6 y el 10 de agosto de 1986, murieron cinco alpinistas y otros ocho resultaron heridos en diferentes expediciones. En las semanas anteriores, otras ocho personas habían perecido, llevando el total a trece muertos en menos de dos meses y medio.
El 2 de agosto de 2008, la tragedia volvía a golpear las faldas de la “montaña asesina”. Un alud se llevaba por delante la vida de once montañistas y hería a otros tres.

La masificación ha llevado, también, a la desmitificación del alpinismo. Se da prácticamente por sentado que, previo pago, cualquiera puede llegar a la cima sano y salvo, y casi llevado a hombros.
Por otra parte, existe la continua pérdida de credibilidad de los propios alpinistas con sus carreritas y retos estúpidos, el último y más sonado, el de ser la primera mujer en conseguir ascender los 14 ‘ochomiles’.

Edurne Pasaban, a pesar de las críticas, mi heroína en esto del alpinismo.

Para mí, eso no es deporte ni tiene nada de diversión; es un trabajo. Llegas, haces cumbre y vuelves a casa para las sesiones de fotos y las entrevistas oportunas.
No me entendáis mal; admiro a Edurne Pasabán e, incluso, yo mismo me planteo retos continuamente, pero, a diferencia de ella, yo lo hago por pura diversión y me lo paso bien mientras lo hago. No es una obligación para con el resto del mundo.
Esto, también, trae añadido las polémicas absurdas como si tal o cual usa oxígeno, o si fulanito o menganito llegaron antes a la cima.

Para mí la montaña se limita a disfrutar de su belleza y volver a casa con la sensación de haber estado en contacto con la naturaleza, dejando atrás todo el humo y el tono gris de la ciudad.
Nunca he pasado de la cota de los 2700 metros y, aunque no busco seguir a más altitud, tampoco haré ascos a la oportunidad que tenga de hacerlo. Eso sí, siempre como diversión.

A Tolo Calafat y su familia. D.E.P.
La vida es como andar en bicicleta.
Para mantenerte en equilibrio,
tienes que seguir moviéndote.

Albert Einstein